Caen lluvias de pena, y rezos,
por aquellos que la poesía modelan,
ya no escribirán más versos,
sus cuerpos yacen bajo una estela.
Hablarán sus versos en su nombre,
en eternos recitales de poesía oída,
Lorca, Machado, y otros superhombres,
viajarán en nuestras lágrimas de por vida.
Su belleza, el dominio de los cimientos,
el mensaje, y la armonía de sus letras,
son la sangre que circula entre fragmentos,
y que en nuestro corazón penetra.
José Antonio Artés