Quiéreme al fin del día,
bésame toda la noche
hazme agua en tu sonrisa
y pan en el horno de tu boca.
Quiéreme antes del alba,
ámame a quemarropa,
que cada minuto sea nuestro,
que sean nuestras las horas.
Quiéreme sin pensar el tiempo,
mójame con la sal de tus olas
y llévame por donde no has ido,
como si tu y yo fuéramos el ahora.