VERSOS Y AMORES
El amor más grande,
pasó por la ventana,
como una ráfaga de aire,
como un rayo que atraviesa,
a la vida en un instante,
estrella fugaz, a veces,
o luz intensa que entra,
hasta el hueso, hasta la médula.
El amor cruzó la puerta,
sin permiso, sin reservas,
y el aroma de su influjo,
inundó cada silueta,
de emoción impregnó el aire,
que se llenó de belleza,
y preñó espíritu y cuerpo,
de fragancias lisonjeras.
El verso entró sin llamar,
en el corazón atento,
y se acunó en los latidos,
que acentuaban su acento,
buscó entre la bruma al tiempo,
escurridizo y etéreo,
y volcó su ardiente efluvio,
sobre cuerpos y cerebros.
Amor que tornas viajero,
cuando no encuentras gemelo,
cuando sin rumbo deambulas,
cuál beodo sin remedio,
amor que viajas sin peso,
sin equipaje, ligero,
y vas dejando momentos,
como diamantes perfectos.
Las penas son de nosotros,
los amores son ajenos,
y el poder de la alegría,
se va derramando a trozos,
en desiguales medidas.
Las penas son de los otros,
y los amores son nuestros,
en la rifa de la vida,
alguien lleva el premio gordo.
Que no se apaguen los ecos,
del amor que va pasando,
y no se rinda el viajero,
aunque el camino sea angosto,
la vida, a veces esquiva,
puede sorprender tus ojos,
con extraordinarias vistas,
con amores sin antojos.
Amor y verso caminan,
como amantes cariñosos,
ruidosamente y con prisas,
o en silencio de puntillas,
como un ladrón misterioso.
Angel L. Perez ®
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29/08/2021