En las tranquilas aguas se refleja
la silueta de tu figura, y evoca,
mi ambición de pretender
de placebo en tu obsesión.
La mirada me hiere tu resplandor,
cerca de mí, tus brazos, tu aliento,
me siento rodeado de sensaciones,
en mi mente, recuerdos, proyectos.
La lujuria apodera mi conciencia,
la lascivia desgrana mi ansia,
anhelo cada poro de tu cuerpo;
me impulsa una extraña abducción.
A lo lejos, la realidad me sobrecoge,
se oculta el sol, despacio, es el ocaso,
el deliro cesa, evocación emerge,
¡Cuánto te deseo, amor!