Te tomaría de tu tierna mano
cada fresca mañana
para andar lentamente
por esos senderos
testigos de nuestro gran amor.
Esperaríamos cada noche estrellada
en esa roca afilada
y gozaríamos cada segundo
de su profundo esplendor.
Nadaríamos en aguas frías
de ese río mixto
y jugaríamos cual niños
sin sentir el paso del tiempo correr.
Beberíamos ese té caliente
a lado de esa intensa fogata
cuyas lumínicas flamas
solamente reflejan nuestra pasión.
Escucharíamos el concierto
de los atenorados grillos
en do mayor
donde cada nota se quedaría guardada
en tu y mi corazón.
Si nuestros planes coincidieran.