Señor, mirate al espejo,
Pintan las primeras canas en tu pelo, Sientes tanto miedo de estar solo,de no ser importante para nadie,coge ese viejo corazón destrozado, cóselo como siempre, que las heridas sean unidas por puntadas de experiencia.
Ya sabes mi joven viejo, prestar atención es \"comprar\" destino y realidad. Estos ni siquiera son versos, son puro dolor. Porque mi joven viejo, usted aquí no llora, usted le grita al mundo su experiencia aunque nadie lo escuche.
Míre como esos recuerdos le hacen daño. Mírese al espejo, usted es una metáfora de juventud y experiencia.
Usted no vive porque es una alegoría de Platón, viviendo en la Caverna con las sombras de los que son felices.
Mi joven viejo, el miedo lo detiene a ser feliz, que el intento le duela mucho, pero no se quede en un quizás.
El amor que no busca, vamos dígale , aunque lo eche todo a perder, no tenga miedo, que la soledad es un destino.
Como ese joven viejo ha sido maltratado por la vida, con reclamos de no lograr algo hermoso a una edad temprana.
Si usted tuviera 100 años en el ocaso de su vida, en el último día, el último minuto, el último segundo de vida, se que le gustaría regresar a este momento para cambiar este presente , pero todo es entropía y el paso del tiempo.
¿Que su experiencia no sirve?, cuando este efecto mariposa haga efecto, usted mi joven viejo, habrá cambiado medio mundo sin saberlo.
Malograr un par de cosas está bien. Lo que no está bien es sentirse culpable toda la vida.
Lo que usted sabe reposa en sus pensamientos, lo que usted no dice...
Lo que nunca se mostró en lo que usted es, viviendo la prisión de una vida de arrepentimientos.
Suelte eso mi joven viejo, no se haga más daño. Y grite desde este pequeño rincón...