LA FABULA DE LA RANA DE MARACENA
La rana de Marena estaba entre las hierbas, y dando saltitos se fue hasta el filo de la piscina. Con su patita derecha palpó el agua y dijo: ¡qué fría esta! y puede ser que llueva. Bueno, no estoy tan sucia lo dejaré para mañana. Y se marcho otra vez a su escondite entre la maleza.
Al día siguiente, saco su carilla verde, oteó el horizonte y dando saltitos se fue hasta la piscina, como el día anterior metió con pereza su patita derecha y exclamo; ¡está más fría que ayer! ¡Y qué sucia! será mejor que lo piense, no vaya que me dé un yuyu. Y se fue a meditarlo entre el ramaje, así durante quince días.
Hasta que decidida un día dijo “bueno, ya no lo pienso más, de hoy no-pasa de darme una agüilla” y cogiendo carrerilla se tiró de lleno, con la mala pata que aquel día, habían vaciado la piscina, y la desdichada ranita se miró con las tripitas fuera, diciendo entre hipitos y lagrimas, ¡esto me pasa por las puñeteras precipitaciones!
Carmen Arjona