Walter Brunini

Triunfo

No pienso dejarte ganar,
ni aun cuando tu suela pise mi cabeza,
y mi lengua saboree el rasposo barro
coloreado por la sangre de mi fosa nasal.

No puedo permitir que ganes,
ni aun cuando tus flechas atraviesen mi espalda,
se entierren en mi pulmón y me quiten el aliento
mientras tu águila clava sus garras, para hacerme su alimento.
Me motiva el triunfo y el puño en alto,
porque no peleo por lo hecho, sino por lo que hay que hacer;
me hastía mi historia misma, la de siempre tener que ceder,
dilapidando sueños, anhelos, en el constante perder.

Triunfo aun en el caer. Corazón brioso en la proclama;
la vista siempre al horizonte, mirando firme el mañana,
llevar de carga la igualdad que reclama el alma humana
a pesar de tanto océano por cruzar, sin más navío que la palabra.

No es posible la rendición,
incluso con tal torrente en contra, batallo hasta la victoria,
porque en mi recae la obligación del mensaje inclaudicable
que generación tras generación, en los justos se hizo carne.

Quien pretenda verme sometido, solo verá su tiempo perdido,
haré del camino trazado, el camino recorrido,
porque merece todo mi ahínco un futuro esperanzado
de frente en alto; de pecho ardiendo en fuego sagrado.

Vengo hambriento de verdad, justicia y ventura,
gritando como un himno, mi deseo más profundo,
el de hacer a cada uno, protagonista del mundo.
Que nadie quede afuera, si es que así no lo quiera.

No pienso dejarte ganar.
Solo hay lugar para mi triunfo.