Tu mirada me besó primero,
Desde el tiempo eterno que reflejó tus ojos
En la sonrisa ingenua que se clavó en mi alma
Y el latido inconstante del corazón agitado
Te dije sí, sin pronunciar palabra
Desde el silencio absorto que selló mi boca
En el espacio eterno que descubrió los sueños
Y el tiempo simple de un sutil ¡si quiero!
Tu mirada me amo primero,
Desde aquel instante en que nació el recuerdo
En la conflagración intensa que provocó tu aliento
Cuando mi mano ingenua se acercó a tu pecho
Te dije si, al cerrar los ojos
Desde aquel momento en que sentí tus labios
En el delirio interminable que me suscitó tu beso
Cuando tu pecho angélico se fundió en mi alma
Tu mirada me abrazó primero
Desde la montaña pura que nos cubrió de niebla
En el rocío fresco que me aferro tu vientre
Cuando tu humedad inocente se convirtió en aurora
Te dije si, cuando mi quietud abisal te alcanzo una estrella
Desde el verso puro que te llevó a la nube
En aquel instante en que me entregue a la sombra
De tu cuerpo albo cobijando el mío.