Carlos Justino Caballero

ESE ÚLTIMO RECUERDO

 

El ataúd estaba en el medio de la sala.

Distendido el rostro en placidez de despedida

después del desenlace súbito.

Su hija de pie a su lado, en sobrio dolor contenido

y a su otro costado su hijo, también en templanza.

Faltaba poco. Ella se acercó y lo besó en la frente,

y en igual silencio lo hizo también su hermano.

Después se cerró el féretro. La herida quedó abierta.

 

 

De mi libro “De esas letras pendientes”. 2018 ISBN 978-987-763-836-3