Yo no puedo mirarte a los ojos
sin pensar en una vida contigo.
¿Cómo podría yo siquiera
atreverme a besar tu mejilla,
con un gesto sonriente cualquiera,
como si recién te conociera,
mientras siento en mi piel las cosquillas?
Podría, sin embargo, intentarlo
para mantenerte cerca más tiempo.
En un intento desesperado
de arrancarle a la vida un momento
para pasarlo, infinito, a tu lado.
Podría intentarlo, sí,
aunque sé, será un fracaso.
Es un absurdo pedir amistad
a quien sólo desea despertar
para apreciar contigo el ocaso.
Pero si no es amistad, no es nada.
Y si no fuese nada, ¿de mí, qué sería?
Si hoy me desperté queriéndote todavía,
y aún me ausento en tu mirada
cuando decide cruzarse con la mía.
Así que, vamos, yo podría intentarlo,
y quitar Noviembre del calendario
para fingir que nunca ha existido.
Ya no desgastaré las cuentas del rosario
pidiendo por tu amor, si se ha perdido.
Borraré cada verso en mi diario,
y aún así, sé que a ti nunca te olvido.