Hay besos ociosos,
Que causan dolor,
Por dejar temblor,
Se creen graciosos.
Están los besos de las amadas.
saben besar en secreto, bien pacito.
Después de despedir al papacito.
Hacen infinidad de llamadas.
Hay bocas tan vacías, tan sedientas,
Que beben besos, por montones.
Y así florezcan grandes moretones,
Ni con un millón de besos, se alientan.
Están los besos candorosos, son los tuyos.
Los de mi venerada, adorada y dulce amada.
Son delicados jadeos de insigne sentimiento.
Estremecen el piso de mi alma, mis cimientos.