Estas nubes que habitan el poniente
encierran la inquietud de mi pulso
por un augurio que diseño a cada suspiro
o leño de mi hoguera que pongo al frente
para arder con mis palabras aferradas al papel
a tu geografía de pechos y soles por las mañanas
a mi soledad
esa invariable forma del tiempo.
Mario Cid.