Eres la sonrisa que jamás perdí, y eso que jamás tuve una, me sorprendes con cada detalle, cada recuerdo, cada consuelo que me das, eres como la estrella que jamás dejo de brillar, me acompañas incluso cuándo no estás, me guías en momentos de oscuridad y cuidas que las luces no dañen mi vista.
No dejas que la frustración se apodere de mí y tampoco dejas que las ilusiones me hagan salir de aquí, me recuerdas que la libertad siempre fue el camino que decidí elegir y que fueron las penas las que deje ir.
Haces que las lágrimas no sean muestra de debilidad, al contrario, me demuestras que son los restos del dolor por irse.
Haces que las miradas de los demás solo sean los paisajes que no hacen falta afrontar.
Contentas al desterrado corazón gris y sin vida que soy, le das parte de tu color, le compartes toda alegría que decides guardar para los dos...
Eres la sonrisa que jamás pedí, y sin embargo estás aquí, acompañando cada lágrima que deje caer, abrazando al fantasma que nunca estubo para tí
Eres la sonrisa qué jamás olvidaré