Comienza en el dedo índice, es una punzada que se recorre hasta la cabeza y de ahí baja al corazón pasa por los pulmones hasta el dedo índice de la mano derecha.
Cualquiera le llamaría síntoma, yo le llamó Tú.
La primera vez que sentí
Tu no estabas presente, ni si siquiera cerca, pero aseguro que dentro de mi, en esa línea de dedo a dedo corrías Tú. Corrías con esa lentitud tan tuya que me enerva, quemabas.
Sueño,
sueño a la deriva,
en la locura,
despierto con los ojos cerrados.
Inmolo,
todo.
Los pensamientos, el sentir, los mismos sueños.
Con el andar del tiempo que no perdona
ni una ola, ni un rayo de sol, ninguna tormenta;
espero
sigo esperando por ti.
Sólo queda esa línea de dedo a dedo.
Ese Tú
vacío, lejano, ajeno.