Está desubicada esa estrella,
e incomprensible le resulta su ruta.
Yo le veo brillante,
con sus charcos de lluvia cósmica alrededor.
Se ve particularmente brillante,
a decir verdad.
Su luz es ambivalente,
quiero decir que me ha robado una lágrima,
pero estoy sonriendo, además.
Quizá del otro lado alguien también la mire.
Ahora sabremos que no estamos tan solos,
que las lágrimas / las alegrías nos sorprenden
a través de un mismo astro
fugaz,
pero constante.