Fexcalini

ACABO DE SACAR A DIOS DE LA NEVERA

Acabo de sacar a dios de la nevera.

 

Encuentro mordido el pan de mi voluntad,

 

 lamido la leche de la felicidad prometida.

 

 Herida la carne con un sabor a nostalgia,

 

En cada uno de los vegetales levantada

 

Una tienda donde dejaron unos elementos

 

 muy mansamente.

 

 

No lo puedo acusar de semejante gamberrada…

 

Fue como él mismo es.

 

No dejó rastro alguno.

 

Ese es su hipnótico misterio.