Me ahogo en silencio, no hay forma de gritar lo que siento... ¿Dónde estás? ¿Qué has hecho?
Son letargos intensos de agonía y de silencios que se ahogan en el pecho de dos seres que se amaron.
Faros que casi no alumbran en la penumbra que es densa, cortándola con mis manos cansadas.
De un espacio olvidado, en esta mente, por los años, llora el silencio conmigo amargamente.
Silencio que llevo cargando por mucho tiempo, inviolable es este juramento que carcome mi alma.
El viento seca las lágrimas que ruedan por la mejilla, cuerpo cansado y atribulado.
Juramentos sellados de tantos años guardados, no se pueden romper, aunque mi alma muera lentamente por el olvido de lo juramentado.