¡Que vida la mía
de dicha pintada
llevando grabada
en mi alma alegría.
De luz y armonía
se llenan mis horas
que visten auroras
de regios fulgores
cubiertos con flores
y rimas sonoras.!
¡Mi suerte es prolija
me cubre del llanto
y llena de encanto
mis sueños cobija.
Su luz es vasija
con rayo divino
que alumbra el camino
con auras sonrientes
y siempre fulgentes
alfombran mi sino.
Jamás los pesares
me causan desvelos
y surco los cielos
con tiernos cantares.
Navego los mares
de fuertes pasiones
llevando pendones
de versos sensibles
que son intangibles
igual que ilusiones.
Con locos excesos
abrigo quimeras
que tienen lumbreras
que forjan los besos.
Mis sueños traviesos
galopan sin brida
llevando encendida
la flama candente
que grita ferviente:
¡Que viva la vida!
Autor: Aníbal Rodríguez.