Me enbrujaste con tú mirar,
para que te amara; yo como
un tonto caí en tus brazos.
Hoy que no estás conmigo
como te extraño, y no he llorado
por hombre. Que daño me has
acausado, que quisiera volver
atrás, para devolverte tú mirar y no tener ese sufrimiento que llevo en mi pecho, que hasta mi corazón está desecho por
tú ausencia. Espero que no vuelvas
aunque te extrañe o sufra, mejor
solo que tener tu presencia.