He estado recostada muchas noches pensando en ti,
Cuando estabas conmigo y cuando no,
Solía pensar y desear que me extrañaras, que volverías por mí,
Que valdría la espera,
En esas noches cortas, llenas de insomnio y de llanto,
Leia y mucho porque aquello mantenía viva tu presencia,
Use mi imaginación para trazarte y así poder acariciar tu rostro unas cuantas veces,
Y si mentí, nunca deje de amarte y en todas estas lunas menguantes no me he figado que crecí,
Estoy dispuesta a perderme en ti, pero no por completo, mi vaga memoria vagabundea intentando recordar los trazos que definen tu cuerpo,
Tu rostro, tu sonrisa
Y se pregunta, ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que nos dejamos de amar? Y ¿Cómo fue que volvimos a hacerlo?
Así que unas cuantas veces, un día a la semana, va mi cuerpo marchando a encontrarse con el tuyo,
Es muy tarde para pensar porque suceden las cosas,
Disfruto los momentos, aquellos cuanto el cantico de mi cuerpo se arropaba junto al tuyo
Cuando mi mano tocaba la fragilidad y delicadeza de tu tacto,
Porque solo con el calor que emana tu cuerpo podía sentirse tranquilo,
Sin embargo, me detesto, porque en la lejanía aun te miro y prometí no hacerlo
Te guardo para cuando no estés con la excusa de tenerte siempre,
Y cuando te extraño,
Puedo en un suspiro revivir aquella fotografía que nos mantiene encapsulados en el tiempo, mientras nos amamos
Abro el baúl de recuerdos, mil suspiros y momentos
Algunos malos, algunos buenos,
Las fotografías son momentos encapsulados en el tiempo
Como aves que quedan estupefactas con el sonido de una bala, cayendo al suelo,
La poesía es un silbido narrado entre los arboles
Un susurro a labios cocidos, a oídos sordos
Eco de corazones que esbozan menguando sus emociones
Lagrima anochecida que acurruca a mi amado manteniendo presente mi ausencia en el calor de su cama,
Solo escucha esta melodía, nuestra melodía, aunque no puedas escucharme, Te amo.
Te amo, hoy, ahora y siempre.
Te amo mi amor.