Porque eres el lugar del universo
donde conocí el azul celeste,
y la tierra mineral de donde he extraído
la sal y el afluente
por dónde han fluido las aguas de mi vida,
y la grama
y la arena
donde quedaron grabadas mis huellas,
o el asfalto que oculta el rastro
de mis pisadas.
Si eres el aire que respiro.
Y el punto donde absorto recibo
los rayos del sol
o desde donde
soñador admiro los ciclos
de la luna o los brillos
de las constelaciones
urbanas de arbotantes
perfilar los límites del caserío
y dibujar el relieve.
Cómo no sentirte como la piel
de lo que define
el abstracto concepto de la patria.
Lo que representa el sentido
de pertenecer a un algo,
de proceder de un dónde.
De establecer una metáfora
del Dios que crea y que sustenta.
Carlos Cabonaro