Dolor intenso del cantor adulto
Al no sentir pulsión en celo su maestría
Ni procrear la canción del añorado culto
Pese a la muy antigua materna profecía.
Manso andar de un jorobado camello
En las dunas de las desérticas penas
Solo alucinación, espejismos de lo bello
Trastornando la visión de las fieles antenas.
Intenta despegar el estribillo de dulce arrullo
Que aproxime clara luz a la acotada ceguera
Fosa inclemente también del tierno Perogrullo
Pobre cautivo en la celda del cerraje sin portera.
¡ De pronto vibra la anunciatura de criatura anodina!
Fetal señal casi milagrosa de su aguardado clamor
Y se abre impulsiva la ocre y ferrosa trampa peregrina
¡Un golpe de solemne piedad nutre el vientre con estupor!
Se animan los ensambles, algoritmos del son batiente
Armonías y melodías vencen las iras de movedizas arenas
Y el joviano Himno extraviado ya no es entidad carente
Cuyas cuerdas, vientos y percusión ¡ liman las cadenas !