Y llega ese día en que una luna hecha de luz a miles de kilómetros de distancia de tu mundo y realidad, brilla e ilumina tus noches, altera el patrón de tus sueños, hace vibrar tu alma y te regala una sonrisa y mil días de calma sobre mil motivos por los que llorar y amaneces dando gracias con ilusión y esperanza, nadando en el instante en el que tus sueños te recuerdan... Que aún sigues vivo.
Aitor Duarte Fernández