Como mudo testigo permanece la piedra
y algunas árboles que de milagro crecieron
donde en otra época bullera la vida
despúes del caluroso día
después del sudor empapando las sienes
cuando buscando la compañía y el fresco
se reunía allí la gente en grupos
Cada cual a sus semejantes hablaba
sin distraer su atención a una pantalla
los mayores siempre en consenso
sobre las diferencias con el antaño pasado
las señoras entre ánimo y queja
sobre los incidentes que tuvo la jornada
los jóvenes sin pena riendo
algunos formando en el aire castillos
Guiños y manos despertando deseos
de los novios al mirar las estrellas
de aquí para allá en bicicleta o corriendo
pues no había más juegos ni aparatos
que los de su imaginación en vuelo surgieran
y así usando su cuerpo e ingenio
los niños gozaban la infancia presente
la parroquia hacía sonar su campana
como latidos de un inmensurable cuerpo
de alguna manera formado y enlazado con ellos
invitándolos al rezar un rosario
y orar al Altísimo resguardado adentro