El tedio de la mañana que acompaño con café
buscando entre las hojas la esperanza que se fue
empapelada entre recibos, nóminas, facturas,
y una duda que resalta entre montañas de fe
Te escribo, me escribo, me describo,
sigues vivo, creo, o al menos eso te han dicho
aunque observes al cajón como un capricho,
aunque habites donde habitan los recuerdos
Por eso pierdo cuando gano y cuando gano estoy ausente,
engañando a la mente, mintiendo cual escribano,
en mi llano, ya no hay espacio para la suerte
y de tanto querer quererte perdí mis fuerzas en vano
En mi mano está esa marca que no he sabido quitar
y mi boca está agrietada por besos que rechacé
este grito silencioso fue solo para explicar
el tedio de la mañana que acompaño con café.