Hola María,
Hace años que no te veo, te recuerdo, si, te recuerdo.
Te recuerdo cada maldito segundo.
Te recuerdo mientras en silencio, cierro el libro que conserva celosamente los momentos en el balcón de la calle 25.
Te recuerdo al abrir el baúl que guarda las sabanas que acariciaron tus muslos desnudos.
Te recuerdo al tomar un café sentado sentado al lado del inhabitable banco que fue testigo de las conversaciones sin sentido de cada mañana, mientras de fondo Roberto clamaba por su Lady Laura.
Te recuerdo al regar los girasoles que se encuentran tristes en la sala, añorando una caricia.
Quisiera ya no recordarte, al hacerlo me visita la tristeza, esa que trae consigo noches de insomnio y días de lluvia en mis mejillas, esa que no me deja alternativa y me hace buscarte incluso en el más profundo sueño...
Mientras mi cuerpo famélico y escuálido deja escapar el alma, te confirmo lo que ya tu sabrás...
YA TE OLVIDÉ.