Apaga la luz y ven
a acurrucarte a mi lado,
desnudo, sólo desnudo,
que el tiempo es avaro.
Dame un vaso de leche,
dame un beso azulado,
para cabalgar las olas
de este mar agitado.
Deja que sople el viento
e hinche las velas al naufrago,
entre muslos y caderas
y dos pechos apretados.
Ven a mojar las sábanas
con espuma de sal y sándalo,
en un viaje sin destino
para desvanecer a tu lado.
Apaga la luz y ven
a acurrucarte a mi lado,
las horas vuelan ligeras
y volveremos a ser extraños.