Es sorprendente, como dos cuerpos de materia
pueden crear todo un mundo.
Un día estar perdidos en ti mismo
y llega ese humano
que hace bailar tus pies; esos pies
que jamás habían dado una señal de vida.
Y temblar la sonrisa; aquella que ni tu
rostro conocía.
Puede ser pasajero, al igual que un autobús
que va de prisa.
O tal vez se quede abrazado a tus caricias.