Coraza de acero,
repuesta no quiero;
este intento fiero,
se muere tan quieto.
¿Qué tan duro te marcaron?
No abre tu flor; la marchitaron.
Coraza invencible,
tu dolor tan cruel,
¿Fue tan insensible
el tirano aquel.?
¡Yo te quiero!
Y me cierra tu miedo,
tu odio y tu aquejo,
¿Quieres soledad y tedio?
No respondes
Y triste me alejo.
Que será de ti mi Margarita…
Y este sentimiento a mi quien me lo quita. Fin
Lic. Isaías González Arroyo