Alfredo Saez

-El Tempo-

 

Ven aquí…¡Y dime!

-“¿Por qué nunca me lo dijiste?”

El largo silencio aun espinas exprime

Y el grisáceo corazón sistolea muy triste.

 

Me amabas chiquilina…igual  yo también

Cuando mi juvenil tiempo era tu tiempo

Que ambos luego se congelaron por doquier

Diluyendo por siempre al árido ritmo del tempo.

 

Ayer en tu fiesta tras décadas te hallé otra vez

Gastados, cansados los dos, en el alma y la piel

Calendario y llave de ambos, la verdad en la tez:

-“No nos enseñaron a cortar el cordel”.

 

Mía  sin duda la culpa suprema y  mayor

Acoso en esa tímida fragilidad de nimio coraje

Por no persuadir al convicto y maduro valor.

En ya sufrida memoria, nuestro marchito rodaje.