Era un tarde soleada cuando te dije que te fueras conmigo , que me acompañaras a ver el anochecer juntos, y dejar atras aquel lugar donde no querias amarme como yo deseaba, con tus besos enamorados y tus caricias suaves, que me erizaban hasta la piel.
Por lo que aceptaste mi peticion y nos fuimos hasta el camino, en busca de nuevos paisajes, y de un lugar donde podriamos amarnos como dos amantes jovenes, que necesitaban del amor como los pies para caminar.
Al mirar al cielo se veia la luna blanquecina rodeada de estrellas, que nos miraban desde lejos, mientras que en nuestras mentes el deseo de querenos nos acercaron hasta fundirnos en un beso.
Y asi crecio aquel amor de pareja como una ola de sentimientos que arrasaba todo a su paso, recuerdos de antes, dudas, incomprensiones, hasta quedar tu en mi alma como el centro de mi universo.
Cuando la oscuridad de la noche nos sorprendio en un parque, donde te convide a quedarnos un rato, para seguir queriendonos y decirte con mis palabras sobre todo el amor que para ti en mi pecho tenia atragantado, como un vendaval de amor que daba vueltas sin parar.
Para darnos cuenta que el amor con su corte de placeres nos habia atrapado ese dia de calma y de brisa, viendo que fue acertado salir al camino aquella tarde enigmatica, cuando los dos bajo una farola nos amamos, como si el amor nos estuviera esperando a lo lejos en una esquina de nuestras almas.