Ávido de amor... quise escudriñar
de sus tinieblas más allá del
circulo de su luz...
¡Y como buzo sumergirme buceando...!
hasta lo más profundo en las
cristalinas aguas de su alma...
¡Y respirar del hálito
de su vida primaveral...!
¡Recorrí la profundidad de su mar...!
¡Y sus olas me arrojaron con ímpetu!
¡En las carnosas playas
de sus vírgenes labios...!
¡Y como lava ardiente...
me arrastraron por las cumbres
de las cordilleras de su ser...!
¡Alcancé el clímax...!
¡Y como volcán herido en erupción
por medio del amor y la contemplación
en éxtasis mi alma experimentó
un estado de unión mística con Dios..!