Vuélvete asesino de ti mismo,
mata a tus males tan porfiados,
miserables los llevas en la sangre,
tus pecados tan bajos, clandestinos.
Mata, con estaca mata,
transformando con bien a tu alma mala;
mira que el infierno la arrebata
si no hundes en tu pecho las Palabras:
“Perdóname Dios mío” esa es la daga
y asesino serás del mal que traga. Fin.
Lic. Isaias González Arroyo