Tarde de sol…canicular…ardiente,
tarde de sábado perpetuo…
que quema el horizonte …y evapora por un rato los lamentos.
Tarde de vientos juguetones que azotan las ventanas…
y bailan con los arbustos.
Traviesa la brisa danza con los follajes del ejido,
los veo tras la lucerna de mi cabaña…como gozan perseguirse en ritmo,
se divierten correteándose mutuamente,
embelesan con su nostálgica alegría…bañada de soledad… (sin gentes) …
embrujan con sus extendidos episodios.
Observo su armonioso movimiento…
abrigado de magia improvisada,
plasmada de casualidades sincronizadas con lo esencial,
alborotados de una indescifrable fantasía…
un espectáculo de singular perfección…
elocuente de sinceridad…anticipado de ingenuidad,
un encanto inefable…pero sublime,
un acto original de exquisitez ideal.
La tarde, el viento y el boscaje tras el cristal
un peculiar incidente…lleno de hechizo,
un deleite impresionante…difícil de explicar…
imposible de atrapar…(efímero),
tan elemental como Dios…tan inmenso como El…
tan bello como la creación de cada rincón del firmamento.
Me detuve aquí a contemplar…las travesuras del Inventor…
y me doy cuenta que le gusta complacerse con cada detalle…
con el mínimo segmento de su inescrutable infinito…la tarde y el viento.