Cuántas caras, cuántos rostros, cuántos agujeros tengo, todos heridas de fuego, no lo sé, no lo contemplo. Y ahora por qué me acorralas tiempo, por qué me condenas silencio, por qué me preguntas sobre tantas cosas que no puedo responder, por qué me empujas para que vuele o haga cosas que no quiero ser, por qué me quieres ver en el océano, yo no sé nadar, pero siempre me ha gustado caminar, soy un humano ¿¡no lo ves!? un problema para mi misma... tal vez, una leve pero creciente discapacidad mental, tal vez, me preguntas lo que ya se porque si se y no me enredes esta vez, oh dios... cuantas ganas tengo de retroceder, pero realmente retroceder, o tal vez no ¿no? No lo sé. ¿Qué rayos haces aquí otra vez?