Y QUE EL TEMOR SE MUERA
No calla el miedo,
que muerde hasta las carnes,
llegando a lo más hondo,
infecta hasta a la sangre,
y va parasitando,
con su simiente órganos,
que no tienen ni nombre.
No es cosa de quimeras,
que queme y arda el aire,
ni que se seque el río,
perdiendo su donaire,
no es cosa de fronteras,
que hasta en el miedo se ame,
y en el terror se quiera.
No es cosa de cobardes,
que el miedo te atenace,
hay que ser muy valiente,
para al miedo abrazarte,
y sentir como ocupa,
corazones y mentes,
con su fuerza latente.
Corazones sin miedo,
y temerosos sueños,
temblores en los dedos,
que rozan recelosos,
la piel que los acoge,
con el pavor royendo,
los pasos presurosos.
No es cosa de cobardes,
vivir con tanto miedo,
amar cuando se sabe,
que tiemblan las verdades.
No es cosas de valientes,
fingir que se es un héroe,
negando lo evidente.
Abrázate a ese miedo,
como si un hijo fuera,
y deja que tus células,
le acepten como amante,
que despierte latidos,
que parecían durmientes,
y avive los sentidos.
Y que el temor se muera,
en el miedo profundo,
del amor que comienza.
Angel L. Perez ®
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06/09/2021