¡Adiós!
Es un silencio de horror,
el que vivo hoy de terror,
por tí, sí, por tí, por el que un día amé,
¡adiós te dicen mi labios!,
adiós y hasta nunca más,
y yo te veré y te amaré,
hasta el final de mis días,
y sin saber ni sospechar,
que te amé, ¿me dejarás de amar tú?,
y sin más que lo imposible,
de entregarte el pan y el vino,
que es cáliz que brindan los cuerpos,
cuando irrumpe la verdad a aflorar,
te digo que hoy es la sanación de mi boca,
que te dice ¡adiós!...
por el venidero momento,
y el vaticinio de mi alma,
te digo ¡adiós!,
adiós porque mis cabellos se enredan,
entre tus dedos,
y sin saber quedo adherida a tu cuerpo,
y mi piel sedienta de tus besos,
y quedo como imán atrapada en tu piel,
adiós amor,
y hasta nunca dolor de mi triste alma,
como un triste lamento,
que hace mi alma cuando tú te fuiste,
primero que yo… ¡adiós…!.