Me embarque en un bote lleno de promesas, lleno de sueños, lleno de grandes momentos que en el ahora son un cruel engaño; reme, reme sin descanso cuál cansancio me estaba pasando factura.
Las olas se hacían cada vez más fuerte, las rocas besaban con firmeza el oleaje, mi meta siempre fue el horizonte, ver a lo lejos la puesta de sol, el ocaso al atardecer, perseguir cada anhelado pensamiento y convertirlo en realidad, siempre fue andar sin miedo, recorrer todo sin temor a ser condenado.
Los animales marinos, algunos hicieron emboscadas, otros tan solo me acompañaron en la travesía, otros me dieron la espalda y continuaron nadando alejándose de prisa, el pez más grande golpeaba el bote, yo le hacía frente a la cruel embestida.
Me embarque, me hice capitán de mi propio destino, deje el miedo sin ver el mañana, deje mi cruda realidad aún lado, y me fui directo a la tormenta, buscando el arco iris que con tanto afán deseaba; temeroso, y aún con todo el peso encima continúe remando.
Henry Ruiz
06 DE SEPTIEMBRE 2021
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