Cada noche que me acuesto en la cama, me observo soñar a través de la oscuridad y mil sueños no me dejan despertar.
Cada día que me levanto de la cama, me observo en la oscuridad y comprendo que estoy en mi hogar, sufriendo sin parar, por otro sueño que se me vuelve a escapar.
Contengo la respiración tratando de que se quede otro instante, cierro los ojos y entiendo que el amor no es suficiente y que hay sueños que nunca estarán al alcance.
Tu destino y el mío está ya escrito y mil estrellas llevan grabadas nuestros nombres. Si hoy echo la llave, no te olvides del amor, recuerda quien soy, como me llamo, mis sueños, mis lágrimas y por que vivo.
Volveremos a encontrarnos en las estrellas cuando todo esto pase.
Aitor Duarte Fernández