Es el sonido de lo malo hecho, arrepentido,
\"lo que pude hacer y no hice\", lo que el perdón
debiera invadir. Una voz clama este sonido,
nada sordo pero sí dolido ante tal traición.
Ya nada se puede arreglar...bien es cierto,
descompuesto el cuerpo, mejor pasar página,
que lo hecho, hecho está, pues ya ni muerto,
se puede volver atrás. En la cama, y la lágrima
que jamás deja de caer, todo queda sólo plata.
Plata en el cuerpo putrefacto y luctuoso.
Tan luctuoso que ni Cavatina tan sensata,
nunca se hubiera escrito. Ahora, amargoso
todo acontecimiento, ya no queda vida...
no queda vida...pues esto es una despedida.
NACHO REY