Tenía tiempo observando
a una mujer muy bella
y estaba desesperado
porque quería hablar con ella.
Cada vez que la veía
me sentía complacido
y de solo verla pasar
quedaba como aturdido.
Y después de varios días
mi interés iba aumentando,
hasta que ella se dio cuenta
que yo la estaba observando
Un día sin mucho pensarlo
la enfrente cara cara,
porque tenía el temor
que otro la conquistara.
Me dijo que era soltera
y sin ningún compromiso,
con esa grata noticia
se me movió hasta el piso.
La propuse una rápida cita
yo me estaba enamorando,
ella estuvo de acuerdo
y aun la estoy esperando.
Cuando uno supone cosas
y se las cree uno mismo,
muchas veces no es amor
puede ser un espejismo.
Autor: Alejandro Díaz Quero
Villa de Cura,01/09/2021.