Sierdi

JACOB HOMBRE DE VICTORIA

 

Su raudo corazón, lo ceñimos de laurel,

En sus valientes demostraciones, de gallardía.

No se dejó someter, ni al sucumbir, el cálido día.

 

En una lucha de fuerzas corporales,

que duró varias rondas pastorales.

Fueron testigos de sus rigores.

Obteniendo sus favores.

 

Jacob, fue su nombre.

Enfrentándose cara a cara,

Con un varón, que resultó ser…

…El mismísimo Dios.

 

En un escenario candente.

A su descendencia abrió, las puertas.

Luchando, en abrasadoras, estepas abiertas.

 

Logró lucubrar, en su fortaleza, de fiero hombre.

Demostrando. Que mortal, puede batallar con Dios.

Que, aunque no es recomendable, hacerlo.

Fue su veraz historia y es para creerlo.

 

Y en su razonar. El varón piensa;

 “Arduo desafío… tocaré el sitio,

Donde encaja su pierna” 

 Se embebió en tal pensamiento,

Que tan solo al tocar su articulación,

Se desencajó, la extremidad de Jacob.

 

El hombre valiente, dominó el dolor,

Y no lo soltó, aquel varón de Dios,

 hasta alcanzar, la bendición.

 

Mientras la aurora, se vestía.

El valiente Jacob resistía.

 

En nuestro racionamiento no cabe,

Que aquel varón, le pregunte a Jacob…

…Su nombre. Sabiendo, que Dios, todo lo sabe.

 

Y es que Dios, a veces, se hace igual a nosotros,

Siendo inmensamente, infinitamente superior,

Para enseñarnos, y en este caso,

Nombrar a un valiente.

 

De fuerza interior, y aplauso exterior.

Y Dios le dio un nuevo nombre a Jacob.

Lo llamó; Israel.

Por haber luchado valeroso, contra Dios.