Un nuevo país ha nacido
con la mezcla carmesí de las banderas
y reclama con fervor todos los derechos,
no hay victima ni victimario
solo un ser que en carne vibra
y hace florecer en su imperio la vida
escupiendo la niebla que permitiera antaño
derramar sangre de compatriotas
y de vírgenes mancilladas,
ahora sin recuento de más nada,
porque no hay euro, ni oro que cubra
la deuda de amor con la que otra patria nos mancillara
… ¿Para qué más rencores?
Los totales no se alcanzan
¿Pues con cuanta sangra se paga:
la libertad, la bondad, el velo de la añoranza…?
¿Con cuantos bestiales enfrentamientos
se ganan las cruentas batallas?
Para que hoy anide gustosa y pulse
en el corazón del águila: la fe, el amor
y se cubra del blanco teñir de la paz
la música de nuestras alegres campanas,
hoy hacemos pactos de amistad,
mantenemos la salvedad de la tregua,
hacemos votos a la que entregamos la existencia,
hoy brindamos fuerte por la libertad
celebrando la independencia,
y empeñamos la esperanza en la justicia …
hoy, todos somos ciudadanos de México -Tenochtitlan
sigue en nuestra piel ardiendo la sangre del sol
que nos persigue hasta dorar- sazonar nuestra confianza.