Elizabeth Maldonado Manzanero

México

 

Un nuevo país ha nacido

con la mezcla carmesí de las banderas

y reclama con fervor todos los derechos,

no hay victima ni victimario

solo un ser que en carne vibra

y hace florecer en su imperio la vida

escupiendo la niebla que permitiera antaño

derramar sangre de compatriotas

y de vírgenes mancilladas,

ahora sin recuento de más nada,

porque no hay euro, ni oro que cubra

la deuda de amor con la que otra patria nos mancillara

… ¿Para qué más rencores?

Los totales no se alcanzan

¿Pues con cuanta sangra se paga:

la libertad, la bondad, el velo de la añoranza…?

¿Con cuantos bestiales enfrentamientos

se ganan las cruentas batallas?

Para que hoy anide gustosa y pulse

en el corazón del águila: la fe, el amor

y se cubra del blanco teñir de la paz

la música de nuestras alegres campanas,

hoy hacemos pactos de amistad,

mantenemos la salvedad de la tregua,

hacemos votos a la que entregamos la existencia,

hoy brindamos fuerte por la libertad

celebrando la independencia,

y empeñamos la esperanza en la justicia …

hoy, todos somos ciudadanos de México -Tenochtitlan

sigue en nuestra piel ardiendo la sangre del sol

que nos persigue hasta dorar- sazonar nuestra confianza.