Eres Una hamaca para el regocijo,
Inmensa como una espada curva inacabable,
una esquina que se estira para no agotar la huellas de mis pasos,
un ocaso que se aferra a la cola de una estrella.
Un eterno susurro, una hoja, de un gusano el caminito,
una espuela, un pequeño dardo, una ponzoña
Una caricia que se entrega envuelta y de regalo.
Un mar de letras que construye un infinito
un cofre del tesoro que se esconde en un acuario
un anticuario que conserva tantos sueños sin un tul
un parche en el ojo omnipresente de aquel amo
el garfio corrupto de un pirata que estrena una curul
Un cauce para cualquier reclamo,
un timón hecho de palos como logos
Un caballo de mar con plástico multicolor,
Un fatuo amor y mil dolores resumidos en ahogos
Un castillo de naipes, una Alicia para cualquier conejo
El orate de la cuadra que me brinda un sano consejo
El abismo de mis sienes , un océano contenido en la botella;
una ventana que me encuadra al cielo,
la pasión que va fugando en trenes
El mensaje que torea al tiempo, en busca de un lector en un futuro tan añejo
Una taquicardia verde como la extensa juventud de un viejo
una necedad como un pan duro, La pancarta de tus dudas, de mis penas
Una vena que recorre el viento.
Un a reina que busca un nuevo enjambre, su futuro
una raíz que saborea el suelo ya sin hambre.
Una nube de algodón de azúcar, una colmena.
Un suspiro en la cola de un cometa con forma de tu anhelo
Tus dedos sin permiso hurgando mi escondido corazón
Una bandera que llama al pasado llenando un gran vacío
El retorno al origen de la vida que se va. Sin la razón
La nupcias de dos mundos que se miran de reojo
Una excusa para hallarte como polvo en mi camino
El destino que dormita ahí en tu blusa, un gran gemido
El éxtasis de mis pupilas bañadas en silencio con tu nombre
La incertidumbre de hombre con sus días y sus horas.
Un istmo entre mis fuentes, el puente que une tu desierto y mi desierto
La extraña sonrisa de felicidad que tiene un muerto
El acierto de tenerte como puerto.
La verdad perfecta de la sinfonía inacabada
La balada de la vida en la que somos.
Todos somos constructores, asesinos, moralistas
Artistas, moralejos y arlequines
Amantes de la luna, magos de algún adacadabra
Amantes de ti, bella palabra.