Todas las religiones usan la condena Para suprimir la libertad sexual Ellos aplican la más dura pena Que es ocultar su condición natural La pena de muerte es una lotería En la que nunca se gana Ojalá llegue el ansiado día Y tu manera de vivir sea cotidiana El obispo de Solsona ha caído En la terrible tentación Nadie sabe como ha sido La atracción sexual ha sido su falsa liberación Aquellos hombres de luenga barba Van vestidos de largas túnicas Pero tú cuando su conciencia escarba Te das cuenta de que sus ideas no son púdicas