Escribir es como coser,
las puntadas son las palabras.
Carmen Martín Gaite.
Sé que estás en el frente,
resistiendo en silencio
el embate de las olas.
Ayer me acordé de ti, por eso ahora me enfrento a esta página en blanco que me implora ingenio.
Miro al través de la ventana, esa
que da al parque, verdes varios
se esparcen en un aire vicioso.
Sé que tus costuras son enigmas
para un enemigo que resiste
al otro lado del cainismo.
Aquí, con la pluma cosida al dedo pulgar
hilvano palabras que no sé si llegarán
a su destino, que eres tú, no sé si existes ya...
Quiero pensarte sentada sobre el esplendor
de un parque próximo, como el mío,
pensativa, perdida en los recovecos del quizás,
imaginándome, besándome los párpados
como una madre que pierde a un bebé
que se hace niño y después adulto, pero otra persona.
Te imagino, o quiero imaginarte escribiendo,
tejiendo mil ocurrencias que no verán luz
por la vergüenza que eso supone.
No te preocupes, haz como yo, no pienses...
La guerra dicen que está para terminar.
Pronto seremos uno, otra vez, como antes.