Lejos del mundanal ruido,
en el jardín donde en sus caminos,
una lucha amistosa se dispute,
los rayos de sol y el follaje ganan y pierden,
en luces y sombras siempre contrastantes
En este idílico refugio,
existe un silencio catedralicio,
perturbado apenas por una fuente,
sus gotas como perlas cristalinas,
reflejando la luz del sol danzante
El aire caluroso y acariciante,
con fragancias en abundancia
seduce el abejorro diestro,
es parte de la evolución,
la sabiduría de la naturaleza
Para el visitante de este jardín de encanto
aunque sea más bien un intruso,
su corazón recompensado será,
por un sanctuario de tranquilidad
que en bondad florece
David Arthur ©®
Photo propia