Sí, a veces hay que estar loco;
Apostar todo y ganar poco,
Y con ese poco estar conforme
De forma que nuestros cimientos queden rotos.
La locura depende de como se use
Y luego están los que creen en rezos y cruces.
Abandonar la mesa del juego seduce,
Ganar un poco y de a poco apagar las luces.
Uno aprende a desprenderse de todo.
Entiende el verdadero tesoro
Y no de dinero, y no de baratijas de oro.
El amor expira pero para aprender
a estar herido hay que sangrar hasta por los
poros.