Anoche hicimos una reunión de amigas y amigos.
Estuvimos en casa cenando,
charlando, quejándonos de la
conducción de nuestro país,
de los sueldos, las jubilaciones,
los accidentes, la mafia, la corrupción,
los delitos, los robos, los asesinatos,
los precios elevados, tragedia de trenes,
vejaciones, y otras cosas,
más situaciones que de a poquito nos tendremos
que ir acostumbrando...
¿Variará algo en estos próximos años?
Ojalá que así sea.
La vida debe continuar...
Cada uno tiene su cruz.
Y personalmente, no estoy exento de ella.
Jesús la cargó por nosotros.
Y yo tengo que imitarlo,
y soportarla, por amor...
Ya se han retirado todos
los invitados- ¡Ah, olvidé comentar
que hasta hemos bailado!
Mi esposa y yo nos acostamos
a las tres de la mañana.
No he podido dormir...
son las cuatro y media de la mañana.
Estoy sentado en el living.
Es reducido. Pero muy confortable.
Sentado, pienso y espero.
Nuestro hijo todavía no ha llegado.
Me preocupa. No es una novedad
su tardanza. Pero yo aún
no me he adaptado a ella.
Esta madrugada, estoy impaciente,
inquieto, algo nervioso y muy preocupado.
¿Motivo? no sé. No podría explicarlo precisamente.
Cuatro y media de la mañana,
y aparece mi hijo.
Siento alivio interiormente.
Pero a él no se lo demuestro.
Todo lo contrario. Mi exasperación
sí es evidente para él.
¿Estas son horas de llegar,
te parece lógico a la hora que lo haces?
Ya sé que es tu vida. Pero tú no vives solo.
Estás viviendo con nosotros, tus padres.
Y por el aspecto que tienes,
se nota que has tomado unas copas de más...
¡No seas insolente, y deja de hacer
acotaciones que no te corresponden!
No me retribuyas la observación.
Como tú, he tomado, sí, pero estoy
en mi casa y eres el menos indicado
para que te esté rindiendo
cuentas... Mi casa, sí, la cual tú
no respetas a los dueños de ella,
los cuales somos tus padres.
Si quieres seguir llevando la vida que haces,
vete de aquí.
No tienes un poco de dignidad,
ni de vergüenza...
No trabajas, has dejado tus estudios,
farreas todos los días,
y te tomas el atrevimiento
de contradecirme en lo que te observo.
¡Estoy cansado de soportar
la vida que llevas...!
Aprende de tu hermano,
el cual ha estudiado,
se ha recibido de contador,
y ya ha formado su familia...
mientras que tú vives
de lo que nosotros te damos...
No está mal, te hemos dado la vida...
pero a mí no me tomes de infeliz...
Una cosa es ser bueno,
y otra ser...
creo que me entiendes, ¿verdad?
despabílate y escúchame...
¡O cambias o te vas de esta casa...
me tiene harto tu comportamiento,
y la tristeza que le das a tu madre...!
¿Qué has hecho? Me has levantado
la mano... has intentado pegarme...
¡Lo único que te faltaba!
¡Intentar pegar a tu padre...!
¡Retírate de mi vista!
¡Vete a dormir...!
Más tarde hablaremos,
pero desde ya piensa dónde
has de ir... ¡te irás de esta casa...!
¡Harás tu valija y haz de marcharte...!
¡No me digas una sola palabra...!
Más tarde cuando estés sobrio
hablaremos...¡retírate...!
¡He dicho que te retires...!
Ojalá puedas dormir...
Yo no podré hacerlo...
¡Eres un desagradecido,
intentar pegarle a tu padre!
Cierra telón. CONTINUARÁ
Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 13/03/2013)